Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 91

QUERIDOS PASAJEROS:

El trencito emprende un nuevo viaje para seguir enlazando a los artífices de las letras de diversas geografías. Ellos ... los que nos muestran su mundo ... su corazón ... sus esperanzas e ilusiones ... Los que hablan por quienes no tienen voz. Hagamos realidad, desde nuestro humilde rinconcito, la utopía de un mundo mejor. Un mundo unido por el amor y la alegría ... y la literatura ...
La locomotora humea ... suena la campana ... y ¡allá vamos! Rumbo a las serranías cordobesas para recibir a nuestra primera pasajera: CLARA PELLEGRINI. Nació en CÓRDOBA, ciudad donde reside. Es escribana. Ha obtenido premios y distinciones nacionales y provinciales. Libros publicados: “Lo que queda” (Ed. Argos – 1993); “Palabras en refugio” (Ed. del Copista – 1999) y “Esa perdida voz” (Ed. del Copista – 2006). También ha integrado varias antologías poéticas. Concurre a encuentros literarios en diversas provincias de nuestro país. Les traigo sus poemas plenos de exquisita sensibilidad y emoción.


SOMOS

Somos centauros agobiados
de trajinar abismos,
atisbando de la profundidad, el alma
Cruzamos umbrales de sombra,
amaneciendo muertes,
en el claro fragor de la mañana.
somos acróbatas del asombro,
sobrevivientes del sueño,
nativos de la esperanza.
Artífices del absurdo.
Poetas.

¿HAY UNA VOZ QUE ME RECONCILIA CON TU AUSENCIA?

 ¿Dónde buscarla, si el viento dispersa hojas muertas,
y propicia su alud de olvidos, entre aromas devastados
puertas cegadas, cirios sin lumbre?
¿Dónde hallaría tu voz, cuando callaron, en mí,
todas las voces, legándome la vida,
como una carga más sobre la espalda?
¿La hallaría, quizá, en el silencio procaz
que me rodea, ansiando tu mirada,
o en la palabra muda del poema aquél, recuerdas?

Mi memoria desata los nudos del pañuelo.
Alrededor, el aire aletea como un pájaro.
Acaso, bisbisea tu nombre.

El título pertenece a un poema de Daniel G. Teobaldi



ELLAS NO SABEN

Tus manos no saben
del temblor imperceptible de mis manos
al amparo de tu palma.
No saben
del calor arrumbado entre mis dedos,
deslizarse encendido,
hacia los tuyos.
No saben
de la avidez de unos puños que muerden
el deseo en las tinieblas.
No saben.
Pero mis manos,
que azoradas parten al encuentro de las tuyas,
las estrechan, disfrazadas de olvido.

VOLVERÁ LA MEMORIA

Porque estoy sola, en este desierto sin arena,
mi alma ausente busca la plenitud de tu alma
errante. Entre las grietas de esta casa nuestra,
se convocan, sin recato ni respuesta, los silencios.
¿Dónde se fueron los inviernos tibios de sol,
que desde el patio llamaban, quedos, a los pájaros?
¿Dónde están, secretas y escondidas las promesas
de amor, si se perdieron las huellas de tus pasos?
Si tu aliento regresa con la noche, en mis sueños
volverá la memoria del amor. Sin lágrimas,
cada evocación te abrirá puertas clausuradas.
Y habrá que traer de la intemperie, los recuerdos
que no han muerto a tu lado, secarles el rocío
entre mis brazos, y acunarlos otra vez, dormidos.
 


EN EL SUEÑO, INDEFENSA

La noche cuelga su ropaje de sombras
en mis cavernas.
Asidos al sueño, irrumpen los recuerdos
que la vigilia expulsa.
Y ahí está el dolor,
incrustado en las paredes,
exudando lágrimas guardadas.
Y ahí está la presencia,
la memoria del amor.
Subyace oculta del engaño,
limpia de olvidos,
amarga y sola.
Roto el umbral de mis defensas,
la noche desnuda mis sombras.
 

EQUIPAJE

Hora de partir. Abandono
la magnolia recamada en flores,
erguida y soberbia en el patio de lajas;
el vaivén de columpios distraídos del eco,
una vaga nostalgia de amores perdidos,
voces extraviadas que me trae el viento,
primaveras de azahar y limoneros,
rutinas domésticas, escaleras altas,
peldaños cansinos.
Cicatrices del tiempo.
¿Qué llevo de todo eso?
Me llevo la historia, mi pasado austero,
los hijos crecidos.
Me llevo en poemas
el árbol, la casa, también la tristeza.
Me lo llevo todo, y todo va conmigo.
y aunque las maletas rebosan de llenas,
antes de cerrarlas, a llave y candado,
en este equipaje, junto a la memoria
y tantas cosas mías,
he dejado un sitio. En papel de seda
envuelvo, entre lágrimas,
un comienzo y un respiro nuevos.

de su libro “ESA PERDIDA VOZ”


Después de saborear unos matecitos con peperina y los infaltables criollitos el trencito se dirigió hacia la zona litoraleña, pues nos esperaba la entrañable amiga RAQUEL PIÑEIRO MONGIELLO. Nacida en Rosario (Santa Fe) reside en FUNES (prov. de SANTA FE). Es una entrañable amiga y pasajera de otros recorridos. Les recuerdo su biografía. Tiene publicados ocho libros de poesía, entre ellos: “Rincones de herencias y oficios”, “Reflejos de un juego”, “De voces ilesas”, “A modo de amor”, “Lenguaje de pan”. Asimismo “Mi tiempo de retorno” (narrativa breve) y “En defensa propia” (cuento y poesía). Ha obtenido premios en certámenes literarios de Argentina y del exterior. Participa en diarios, revistas literarias, antologías, fuera y dentro del país. Asimismo en Encuentros de Poetas y Escritores en el país y en el exterior: Holguín (Cuba), Arequipa (Perú), Montevideo (Uruguay) y Chile. En ellos ha presentado ponencias sobre distintos temas. Escribe para chicos y ha presentado varios libros. También es narradora. De ella les dejo varios poemas que, no dudo, apreciarán.

AHÍ VA

Ahí va él, con toda su audacia
recordando como le crecen los ojos y la vida.
Ahí va con sus polvaredas al hombro
y las cenizas que le duelen.
Ahí va queriendo ganar
una partida más al abandono.
Ahí va con aires acuartelados de gritos,
y preguntas que no quisiera enterrar.
Ahí va con ganas de entender el rugir de los sueños
que le crecen por la espalda.
Ahí va un niño mendigando un milagro
para ver si alguien le borra el dolor de la calle.


PALABRA AMOR

Nubes destejiendo incendios
conmueven la invisible quietud
de aquello que va y viene,
hace que Dios sonría dentro de uno.
Y en medio cualquier desvarío del tiempo,
grite la palabra amor,
llame duendes de acequias transparentes,
y se brote en el instinto original de los sentidos,
donde dulzuras ronronean,
el alma sonríe y una luna alerta
suelta el vuelo de la palabra amor,
allí, donde el viento hace su clave de sol
y la noche anda con sus nostalgias
allí, justamente donde el canto del grillo
vuelve a iniciar su concierto enamorado.


LO CRECIDO

Un prisma recién amanecido
atraviesa los espejos.
Yo, me detengo a mirar
y le digo basta a los filos,
cuando busco la cábala indescifrable
que se derrama en lo crecido,
sostiene acordes de poemas
y con brazos abiertos
cierra heridas, husmea latidos,
se da a la actitud
de poner buena letra a los sueños.
Porque viene una hechicería,
me lleva en andas por el mundo
y comprende la redondez de mis silencios.
 

EN EL LUGAR PRECISO

Desde cuando no estoy
en el lugar precioso
desacunándome de espejos
que marean
y bajo este tiempo
y este espacio
atropellan mis memorias.
Desde cuando se desgrana
la materia en los pulsos
que andan a la deriva
y como si todo fuera un desparpajo
en el socavón del alma,
traspasan mi cuerpo
y todos los miedos
venidos quién sabe
de que cielo acuchillado,
de que opulenta tristeza.
Desde cuando un algo desconocido
apunta con sus desvaríos
y pone a destajo mis ganas de no ser
ese abrazo desvalido
solito y citando palabras
en el medio de la calle.
Desde cuando no me revelo,
ni grito, ni pateo este desalojo
que quiere clausurar
el territorio de mis alas.
 
Con la cara lavada de maquillajes
salí a buscar corduras,
que creí había en alguna parte.
También en el vocabulario extraviado,
de sensaciones difíciles de entender.
Y en los pasos de veredas
latentes de percepciones
que amplían el horizonte soñado
en los albores de cada amanecer.
Y no comprendí los límites
al universo perfecto de memorias,
ni tampoco la impiedad
de algunos perfiles inhumanos,
ni el atropello de instintos
salpicando la alquimia de la vida.
Y porque todo eso duele,
tuve pretensiones de que alguien
me dijera en los oídos:
aún no estamos hipotecados,
y pensé, tal vez, sea una idea loca,
la de no querer apagar
esa voluntad de seguir,
por un origen de esperanzas
que habitan arterias nuevas
en la felpa de los hombre y la paz no sea, una mera sensación
de ruegos heroicos.


El trencito dio una vueltita por Rosario, aprovechando la cercanía y luego puso rumbo al sur, a la provincia de Buenos Aires. Allí aguardaba el amigo CARLOS CAZORLA para compartir este viaje. Nació en BERISSO (pcia. de BUENOS AIRES) el 1-8-1943. Allí reside. Técnico Mecánico y Maestro de Enseñanza Práctica ejerció hasta su jubilación la docencia técnica como preceptor, profesor, director e inspector. Trabajó en el Proyecto Pro Huerta del INTA elaborando material didáctico para el mismo y capacitó a técnicos y promotores de casi todo el país. Paralelamente fue incursionando en la literatura donde publicó: “Cimarroneando Versos” (2001), “Vamos a Remar” (2003), “Mi Bicicleta Naranja” (2006) y “Viaje a la Utopía” (2008). Escribió además las biografías de Domingo Amondarain, el último vasco analfabeto y de Luis Jorge, "Espagueti" bombero, deportista. En colaboración con los escritores amigos Horacio Urbañski y Rosario Luis Digregorio escribió bajo soporte digital el Breve Poemario de “Versos Sin Vergüenzas”. Participa de los encuentros de poetas de Villa Dolores, Brinkmann, Santa María de Punilla y Las Varillas de la Pcia. de Córdoba así como el de Monte Hermoso en Pcia. de Bs As y el de Termas de Río Hondo en Santiago del Estero. Sus trabajos han tenido reconocimiento nacional e internacional. Algunos de sus poemas han sido traducidos a diversos idiomas, entre los que destaca con orgullo el Quechua, trabajo este realizado por el escritor santiagueño-berisense Don Patricio Carreras. Trabaja actualmente en un poemario para niños y es padrino de la Biblioteca “Ciudad de Berisso” de San Salvador de Jujuy, la que ayudó a crear con el envío desde su ciudad natal de dieciocho mil volúmenes que permitieron, además, la creación de otras seis bibliotecas en aquella provincia. Aquí nos deja sus poemas plenos de evocación, nostalgia y afectos.
E Mail: carlitos-c@argentina.com



INVITACIÓN A LA POESÍA

         “Escribir es hacer el amor con el papel y la pluma”
                                                                                              Carlos Fuentes

Sobre este lecho blanco
y perfumado
te invito a que hagamos el amor
hasta el desmayo
con mi mano en tu cuerpo
recorriendo
los senderos de un edén
de enamorados.
Tal vez hallemos juntos
en el viaje
la claridad de este submundo
trasnochado
donde cohabitan los duendes
de las rosas
y las espinas que convocan
desenfados.
De tu prolífico vientre
un sol eterno
bellas criaturas en el lecho
irá alumbrando
amante compañera pluma mía
cuando te cubra de caricias
con mi mano.
 
OLVIDO

Me salpicó la lluvia
de tu olvido
y esa humedad se me ganó
en los huesos.
Desde el insomnio febril
de mis recuerdos,
voy trasnochando hasta
el embrujo … de tu beso.
Se me acercó el invierno
y es por eso
que me tiritan las penas
en el alma.
Busco el refugio sutil
de la poesía,
mujer al fin …
que mis penurias calma.

TU MIRADA

Celebro la bondad de tu mirada
en la mesa compartida
y es por eso
que transito las sendas del poema
como un Quijote huérfano de besos.
Anoche al despedirnos
se quedó sobre mis labios tu mejilla
y en la almohada de los sueños,
ya muy tarde,
salí a pasear con tu beso y tu sonrisa.
Ya lo ves,
aunque le temas, la ternura,
no ha de poder alejarte
de mis pasos
te seguiré hasta tu pueblo
noche a noche
para soñar con tu mirada
y con tu abrazo.


PANADERO DE SUEÑOS

 Panadero de sueños, tu amasijo
me sumerge en el hondo
sentimiento,
del abuelo y del horno
con que antaño
desde el barro genial
ganó al silencio.
 
Amasador de nubes, tus palines,
me transportan al principio
de los tiempos
con una marcha quijotesca
entre molinos
primitivos del hambre
y los ancestros.
Panadero, tu cuadra me cobija,
esos lunes de tango
y … armonía
con cantores de barrio
y serenatas.
En tu cordial rincón …
soñé poesías.
Panadero de sueños,
tu amasijo
con levadura de amor,
de fe y trabajo
te fue creciendo,
como creció tu hijo,
que halló la altura como vos,
bien desde abajo.


VIEJO BOCHÍN

El bochín de la cancha
famosa de mi abuelo
supo quitarle el sueño
al viejo “arrimador”
hoy vuelve de una zanja
cuyo barro no pudo
destruir su redondo
ensueño y esplendor.
Algunas cicatrices
le decoran el cuero
de los más de cien años
que exhibe sin rubor.
¡Quién sabe cuantas veces
lo acarició mi padre!
y dejó en su pellejo
 la huella del amor.
Era un tiempo de guapos
de trabuco y cuchillo
que sentaba sus reales
por Londres y Asunción
cuando el puerto Esperanza
llamado conventillo
a ese abuelo inmigrante
le diera el corazón.
Cuando el trabajo honrado
y las puertas abiertas
con manos extendidas
eran “cheques” de honor,
donde en nidos humildes
de cinc … y pinotea
fue creciendo otra aldea
tan lejos del terror.
El abuelo Francisco
hoy retorna en sus bochas
y trae a mi poema
su redonda emoción.
Me acaricia la frente
y el bochín sorprendido
sin temores de olvido
le pide su … perdón.

DESDE EL JARDÍN

El zorzal con el hornero
pelean por la lombriz
que ha descalzado el primero
en el fondo del jardín.
En medio del escarceo
por quien disfruta el festín
los contempla el benteveo
parado sobre el jazmín.
La tacuarita llevando
un palito hasta su nido
desde lo alto cantando
alienta al que no ha comido.
Y la calandria en la antena
observa extasiada el cielo
donde nubes en cadena
van cual vírgenes en celo.

de su libro “VIAJE A LA UTOPÍA

La visión del Río de la Plata inspiró a la locomotora ... y decidió saltar el charco hasta Uruguay, para recibir a otra amiga rioplatense: MARTA FALCO. Nació en Rincón del Colorado, departamento Canelones y reside en la ciudad de CANELONES (URUGUAY). Docente. Artista plástica y escritora. Profesora en Educación Secundaria y en la Universidad del Trabajo. Fue encargada de Dirección de los Cursos Móviles de Los Cerrillos, dependientes de la Escuela Técnica Las Piedras. Su primera publicación (1951) fue en el periódico escolar “El Churrinche”. A partir de 1956 (y hasta su cierre en 1959) el periódico “El Telégrafo” publicó sus poemas. También publicó poemas en el diario “La Calle” de Santa Lucía (Canelones). Ilustró los poemas de su esposo Gerardo Molina exponiéndolos en España, Chile, Argentina y Uruguay. Realizó muestras de pintura en Chile, Argentina y Uruguay. Escribe prosa poética, poemas y cuentos. Ha integrado diversos grupos corales y participa en talleres de Arte Escénico. En el 2011 la Junta Departamental de Canelones le otorgó medalla y diploma “Canarios destacados” por su extensa trayectoria nacional e internacional en poesía. Participa en Encuentros Literarios de Uruguay y de Argentina. Le han sido otorgados premios en Artes Plásticas y en certámenes literarios de Italia, Uruguay y Argentina. Una trayectoria prolífica a no dudarlo. Hoy trae sus poemas para nuestro disfrute.


RETRATO

La plaza de mi ciudad …
Me detengo y la contemplo.
Soleada tarde invernal.
Mis ojos se recrean
con el verde follaje
jugueteando con el sol.
De pronto … son esmeraldas,
de pronto … son topacios
las hojas de los árboles
estremecidas por el viento.
Por un momento, por un instante,
las risas de los niños se acallan
y el “cucurrucú” de las palomas también …
allí te plantas frente a mi,
te miro llena de asombro
me contemplas con melancolía
enmarcado en costaneros …
tu retrato … revoques raídos
y tejas caídas …
¡Mi viejo y querido Mirador!
¿Me recuerdas?
El sol colorea la plaza
pero insuficientes son sus rayos,
tus matices de blancos,
negros y grises,
están allí.
¡Mi viejo y querido  Mirador!
¿Me recuerdas pequeñita
trepando y trepando
tu misteriosa escalera caracol?
¡Cuántos secretos, cuántos!
¡Cuántos sueños, cuántos!
Te veo llena de asombro
¡mi querido y viejo Mirador!
Comienzo a caminar,
lenta muy lentamente
vuelven a la plaza
las risas de los niños,
el “cucurrucú” de las palomas,.
Allí te quedas inmóvil …
inmóvil retrato.
¡Mi querido y viejo Mirador!
¡Dulce recuerdo de mi niñez!
 

ESTRELLITA MÍA

¡Te he atrapado! … te tengo aquí …
en el hueco de mi mano,
estrellita mía …
Te he buscado noche enteras
por el cielo oscuro de mi vida.
Pero hoy … en esta noche de verano,
con fragancias de glicinas y jazmines
confundida entre las luces titilantes
de las luciérnagas
¡te he atrapado!
Y aquí estás …
En el hueco de mi mano …
Júrame … júrame que no te irás …
Júrame que aquí te quedarás
alumbrando el oscuro cielo de mi vida.
Mis manos … mis manos serán tu cuna,
y tú, Estrellita mía,
será mi luz … mi guía.
¡Te he atrapado! …
Y aquí está
en el hueco de mis manos …
Júrame … júrame que no te irás …
Júrame que aquí te quedarás
alumbrando el oscuro cielo de mi vida.
 

AQUÍ ESTOY

He vuelto, aquí estoy
en estas cumbres,
muy cerca del cielo,
muy cerca de Dios.
Siento las voces amigas
en el silabeo del viento.
He vuelto, aquí estoy
en esta cumbres,
muy cerca del cielo,
muy cerca de Dios
y entre las nubes grises
entre las nubes azuladas
confundiéndose con las sierras,
un rayo de sol escapa.
He vuelto, aquí estoy.
En esta cumbres
muy cerca del cielo,
muy cerca de Dios.
He bajado … aquí estoy …
las contemplo,
me abrazan … me elevan …
Más cerca del cielo,
más cerca de Dios.

Realmente hermoso el viaje ... pero el trencito estaba deseando regresar al hogar. Así que, al tranquito lento, enfiló para las pampas. Y aquí los espera junto con la maquinista. Para enviar material (poesía, cuento) junto con una minibiografía a: millaco@ciudad.com.ar Les recuerdo que las 90 revistas anteriores pueden consultarse en la página web.
¡Hasta el próximo viaje!!!!!!!!!!!!!!! Un largo abrazo
 CRIS FERNÁNDEZ

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