¡PASAJEROS AL TREN
!!!!!!!!
Arropadas
por los maravillosos colores que el otoño trae a estos sures emprendemos hoy un
nuevo viaje. Para encontrar amigos y llevar la belleza de la palabra a todas
las latitudes. La modernidad y la tecnología jamás podrán reemplazar a la
cálida expresión de sentimientos, a la denuncia de la realidad, a la alegría de
compartir los sueños. Por eso ¡¡allá vamos!!
CAMPANAS
Redoblan
campanas.
Tumulto enlutado camina a la iglesia.
Rezos resignados que hieren montañas.
Viejas mujeres, erosión del tiempo,
Marchan enfundadas
Con lágrimas grises
y negros pañuelos.
Andar vacilante
Por árida senda.
Imploran las
manos:
Fúnebre plegaria perdida en las cumbres.
El viento que silba,
impulsa los pasos.
Estallan campanas.
el bronce que cruje
con ruegos de auxilio
¡Gritan campanas
Llorosas de sangre!
Campanas que callan
El grito del hombre
Que
saltó al vacío.
SUEÑOS Y REALIDADES
Un pedazo de luna sin estrellas.
Ceguera y silencios velan los sueños:
oscuridad placentera.
Realidad iluminada de pesadillas y tinieblas;
estruendo de llantos y labios quebrados,
parpadeos amanecidos de esperanzas truncas,
tempestades al acecho,
confusión y vértigo.
Sueño de luces y realidad de buitres.
Noches brillantes, los sueños.
Luz tormentosa, la realidad.
Luces y sombras absurdas y mezcladas
Mundo real sin sueños,
ni paraísos ni utopías.
Mundo real soñado
Y sueño realista deseado.
Nos despedimos y decidimos seguir hacia la capital de la provincia,
para recibir a EUGENIA CABRAL, quien ya nos ha acompañado en otros
recorridos. Reside en la ciudad de CÓRDOBA.
En 1981 fue fundadora del Grupo
literario Raíz y Palabra. En 1985 formó parte del consejo que fundó la Feria del Libro, organizada
por la Dirección
de Cultura de la
Municipalidad de Córdoba. Fue integrante del consejo de
redacción de El Cronopio, revista cultural y política, entre 1987 y 1988. Dirigió la editorial de poesía Ediciones
Mediterráneas, para autores de Córdoba. (1988-1992). Dirigió la revista Imagin Era – La Creación Literaria
(1991-1993). Colaboró en el suplemento
cultural del matutino La Voz del Interior, con artículos sobre poesía de
Córdoba y otros aspectos de la literatura (1993-2000), y en la revista Aquí Vivimos, con notas sobre temas
femeninos. Ha realizado textos para video-arte (El Buscador de Soles y El
Ojo y la Mano ),
y guiones radiofónicos (La
Botella Azul , FM 94.3, U.T.N.). Es colaboradora literaria
del teatro La Cochera ,
junto al director Paco Giménez. En el mismo teatro, realizó la dramaturgia de Una Lección de Oscuridad, basada en
textos de Valère Novarina. Libros publicados: El Buscador de Soles,
poemas (Ed. Municipal de Córdoba. 1986); Poesía Actual de Córdoba-
Los años ’80, antología (Ed. Mediterráneas. 1988); Iras y Fuegos
– Al margen de los tiempos. Poemas en prosa (Ed. Último Reino. Buenos
Aires, 1996); La Almohada
que no duerme. Relatos (Ed. Del Boulevard, Córdoba, 1999); Cielos y
barbaries. Poemas (Alción Editora. Córdoba, 2004); Un Golpe de
Dados, poema de Stéphane Mallarmé, versión en español de Agustín Oscar
Larrauri, estudio preliminar por Eugenia Cabral (Ed. Babel, Córdoba, 2008); Tabaco, poemas (Ed. Babel, Córdoba,
2009). Asimismo integra: Antología poética – Grupo Raíz y Palabra
(Edición de autores. Córdoba, 1984); Los poetas de acá - II (Biblioteca
Página 12. Córdoba, 1993); Breve muestra de poesía contemporánea del Río de la Plata.
Homenaje en el
centenario de Manuel Navarro Luna (Bianchi Editores. Buenos Aires. 1994); Poetas
2. Selección y prólogo de Juano Villafañe (Ed. Desde la Gente (Buenos Aires, 1999); Árboles
Nativos del Centro de Argentina. Estudio ecológico realizado por Ulf Ola
Karlin y Pablo Demaio (Colin Sharp, para Ed. L.O.L.A., Buenos Aires, Agosto de
2002); La Tierra
del Conjuro.(Agencia Córdoba Cultura, Mayo de 2005); Ciclo de
homenajes a escritores de Córdoba (Municipalidad de Córdoba, Dirección de
Cultura, Departamento de Letras y Teatro. Septiembre de 2005). Distinciones
Obtenidas:Tercer Premio en el Concurso Nacional de Poesía “90 Aniversario
Diario El Liberal”, de Santiago del Estero, Argentina (1989). Premio de Poesía
del Instituto CIDAM, 1991, en reconocimiento a la labor literaria y cultural.
Finalista de honor en el Premio Mundial de Poesía “Andrés Bello”, otorgado por la Sociedad Venezolana
de Arte Internacional SVAI. Estado Guárico, Venezuela. (2009). Tercer Premio de
Poesía en el certamen internacional “Mujeres Silenciadas. Argentina Rubiera”,
convocado por el colectivo El Fresno de la Asociación Les
Filanderes, patrocinado por el ayuntamiento de Langreo (Asturias, España).
Mayo, 2010. Mención del jurado, categoría “Poesía”. IV Concurso Nacional de
Cuento y Poesía “Adolfo Bioy Casares”. Ciudad de Las Flores (provincia de
Buenos Aires), octubre de 2010. Aquí nos deja poemas de su autoría.
E Mail: ecabral54@yahoo.com.arF R E S C O Y D E T A L L E S DE UNA ESCENA ARGENTINA
1
que
está de espaldas a ella.
El
padre anhelaría volver la cabeza
hacia
el rostro
de
los que susurran su destino.
La
anciana separa los granos buenos
de
los muy buenos
y
deja los malos para la vecina.
El
cielo se desplaza de derecha a izquierda
como
un film tras una ventana de utilería;
al
fondo del cielo se ven –disminuidos
por la perspectiva –los altos picos de los
Andes.
bajo
la galería guarnecida por el tamiz de la parra;
en
su casa no hay retratos de Evita ni Perón;
y
nadie la ha amado salvo
su
hermano, jugador por cuenta de Dios;
un
conciliábulo de fantasmas
chismorrea -en un ángulo del patio –
y
una joven muerta guarda silencio,
disimula
las ganas de preguntar
a
la divorciada cómo es tener marido.
3
En favor de la libertad,
el
gato no es alimentado
por
la mano del dueño.
Al
niño, en cambio,
hay
que seducirlo
y
ciertos ángeles
le
diseñan chocolates
en
forma de golondrina.
4
el
prodigioso tamaño del pene del amante
que
circuló entre varias amigas.
Espantosamente
grande. Era para varias.
La
mujer sentada al extremo de la mesa
(cuando
la niña huye hacia el fondo de la casa)
se
coloca el índice sobre los labios
en señal de silencio.
5
Como
un dios en danza de dioses
él la convoca a la fiesta del cuerpo
y
a abandonar la tristeza
de
aquí a la eternidad.
Al
desabrocharse la blusa
ella
está naciendo de los encajes
con
que su madre la vestiría
para
la boda, como si naciera
de la espuma.
6
Él
apostaba chocolates
a que era el mejor.
Gastó
tres tercios de la vida
a
la cabeza del santo de su nombre.
Su
padre sí lo apreciaba,
por
la buena razón
de
que sabía entonar canciones.
7
Gastó
un décimo en salvarse,
cuatro
cuartos en agradar a los padres,
dos
tercios en lustrar los zapatos,
cuatro octavos en saludar
y
ocho novenos en seducir.
Era
agradable eludir su presencia
ungida de lavanda o vetiver.
8
Sobria
es la firmeza de su imagen.
Un
olor a ropas lavadas
impregna
la sala de costura
donde
la matrona plancha de pie
los
manteles para el altar
cuando
las sirvientas
han
preparado la merienda
y
se lo anuncian en voz baja.
9
Ya no
existen los esclavos
en
las colonias del Río de la
Plata.
Este
mulato es peón de limpieza.
Friega
las baldosas por donde la niña
camina
descalza a la siesta
con
un libro en la mano
y
el cabello atado con tiritas
para
formarle los rizos.
Sobre
los pisos lustrados,
las
huellas de sus pies se marcan
por
la transpiración
y
fugazmente se evaporan,
pero
el sirviente alcanza a ver el reflejo
del
sexo púber en las baldosas.
10
Ella enjabona su rostro,
levanta
la barbilla hacia el espejo
y
ve allí una Afrodita doméstica
nacida
para ser amada.
Escribe
poemas donde mitifica
que
el mundo es un lecho moviente,
un
espejo de agua
abigarrado
de camalotales
donde
podría vivir y morir
siendo
princesa aborigen,
domeñada
y feliz, con señales de amor
en
el cuerpo. Pero no le ha dicho eso
a
su madre.
Él hablaría de la
pena ,
mas debe sostener el rostro
con
las dos manos en candelabro
debajo de su mandíbula.
Él
imploró a los dioses la gracia
de
componer un poema de amor.
Lo
hizo con resistencia.
Como
quien cumple una proeza.
Él
rogó a los dioses
que
le concedieran
la
proeza de vivir.
Lo
hizo cálidamente,
cuando
aún era niño
y se adormecía sobre los manteles
que
iluminaban sus manos
al
tomar los alimentos.
Él
imprecó a los dioses
con
los dedos en garfio sobre el vaso
y
les recordó la promesa -sobreentendida-
de
concederle escribir un poema de amor.
G L A U C E
Del mar viene
tu voz.
De
todos los mares y todas las mareas.
De oleajes de trigales que mecían
a tus parientes gringos y pampeanos,
coronados
por el flamear
de las migrantes banderías anarquistas
con sueños de paz y marejadas de pasiones.
Arrojada en otras violentas banderías,
amplia como la oscilación de la blancura.
Te desespera la sed del mar en esta
mediterranía
siempre sedienta de grandes hechos,
siempre devuelta a la gravedad de las
campanas.
Al fin todo es doméstico. Todo misterioso.
Lo grande nace de lo pequeño.
No viene del mar sino de la semilla.
No del infinito, sino del sol.
Pero tú renaces de los aires que producen
miles de banderas opuestas y coincidentes
balanceándose a un mismo ritmo.
Todo habla en ti.
Las revoluciones y las magnolias.
Las abuelas y las galaxias.
El amado y la muerte.
La poesía es a ti lo que la forma a la
belleza.
Un soplo en el barro.
El roce de dos pedernales.
Y la palabra te transforma y aniquila.
Te hace suya. Te pide que seas viril para
poseerla
y femenina para deslumbrarla.
Ningún otro destino te pertenece.
Ninguna otra pasión jugarás tan sabiamente.
Has venido del mar a la superficie de los
genocidios.
Pero mira: toda palabra antes de nacer
recorre su propio olvido.
Alaridos de órdagos en retirada
apagan tu voz
como la polvareda al canto de un pájaro.
Tu voz.
Desnuda y perfecta.
Plena y aciaga
como la hoja de acero del destino.
Tomamos unos ricos matecitos, degustamos los infaltables
criollitos y ya recuperada, la locomotora puso proa a la provincia de SANTA FE, para recibir nuevamente a STELLA MARIS
TABORO. Dejo que se presente a
sí misma: “Soy Maestra Normal Nacional y Profesora de Historia. Nacida en la
ciudad de Rafaela, en la provincia Santa Fe, resido en la ciudad de SAN JORGE (prov. de SANTA FE). Me desempeñé como docente
durante 33 años. Sostengo que "si no compré mi cerebro, si lo he recibido
por gracia divina, todo lo que creo no lo registro, lo dono, mis escritos
cuando salen de mi ya no me pertenecen y en el papel siembro semillas para
alimentar a mis hermanos”. Nunca he participado en concursos ni antologías. Mi
inclinación por el escribir, lo he expresado en versos: “Vivo y muero en mis letras./
Hay algo imperceptible / que derrama en mí esta adicción / de la que no puedo
escapar, / y donde me nutren /arroyos interminables”. De esos arroyos interminables nacieron estos libros de poemas: “Sonidos de luces y sombras” – “Burbujas del
alma” – “Rocíos de versos” – “Pétalos en el viento” – “Olas del silencio” – “El
cuenco de mi valle” – “Tinta de arrope” – “El cielo de mi atardecer” –
“Transparencias del alba”- “La historia en poemas” – “Pájaros en mis manos” –
“Flores en suspenso” – “Poemas de cristal” – “La otra piel poética” -
“Esparciendo esencias”. La mayoría de ellos nacieron
artesanalmente de mis manos. Además
soy autora de relatos fantásticos: “La dama del rojo clavel”; “La casa del fangal”; “Donna dentro nelle
storie”; “Rosas amarillas”. MI literatura infantil abarca cuentos y
poemas”. Hoy compartimos un cuento que nos recuerda nuestros orígenes y un
breve poema.
E Mail: smtabo@gmail.com
SUEÑOS
Quién habla con la luz .Sólo los pájaros cuando despiertan.
Magia nace en el espacio cuando en su abismo ellos dialogan.
¿Adonde queda ese coloquio?
Sería vida
y sueño. Había llegado impregnado con mandatos profundos, que debía cumplir
aunque viniesen fuegos alborotados .Escucharía todas las voces , los ecos ,las
acciones. Andaría como antorcha prendida por todos los caminos, los valles, las
sierras y los llanos. Nadie advertiría su presencia.
Así,
Lincaqueo fue creciendo con ese mandato habitado en él , como guirnalda.
Sabía que
había una comunión de sangre en el escenario que recorrería y entonces podría
vivir una existencia sin fugas, no serían ignotos los surcos que vendrían, y un
oleajes de estrellas serían sus guardianes.
Pero
entonces, no había imaginado ver a hermanos enfrentados, hablando de Patria,
pero de ella se olvidaban y dividían al suelo, en el interior y el puerto.
Y vio
batallas y trampas.
Quiso
Lincaqueo , no ver sangres maniatadas ,ni palomas sollozando .Seguía como
eterna antorcha dispersándose como lenta lava y esperanzado buscaba símbolos de
paz .Y veía golpeando en el suelo a la falsa armonía por organizar el Estado y
notaba que rodaba una bola aristocrática aplastando a los demás .
Se
elevaban murallas entre el gaucho y la “civilización” y sacaban a los indios
para enviarlos a la “frontera”. Todo un claustro de clarines retumbando.
Historias de noches agobiantes, de escondites al filo de los tejados, de
gargantas ahogadas en sus llantos y quiebres de alas arrojadas en el mar.
Lincaqueo
seguía viviendo en la tibia lluvia de sus sueños, estremecido por las hirientes
decisiones de los mandones .
Discurría
en el agua azul de sus anhelos por ver cadenas de manos que se unen, ver
arroyos de encuentros hermanados. A veces se volvía viento recorriendo de norte
a sur a este suelo y el paisaje lo alentaba. Exceptuando a algunos pueblos, los
demás sólo cultivaban rosas hirientes de acero.
Le parecía
ver un juego siniestro tirando la taba cargada en cada acto electoral. No
quería la palabra “fraude”, pero retumbaba en sus oídos como collar de
cascabeles. Despreciaba la palabra “represión” que tenía el sabor de los
venenos mortales. Intentó sepultar todos hechos que dejaban a la libertad en
una guarida oscura. Los juegos sangrantes seguían pero Licanqueo seguía creando
huracanes de sueños.
Entonces,
cuando el mes de mayo llegaba, sostuvo fuertemente las doscientas columnas
doradas, creadas con el sol de la bandera, y lanzó un grito con sonidos
celestes y blancos, llamando a todos a la unidad.
PREGUNTAS
¿Por qué estoy aquí ahora?
¿Por qué en este siglo, este milenio ,
en este espacio?
¿Quien quiso que este aquí
flotando en olas de lágrimas?
Por qué, en este mundo
tan distinto del que fue en su origen,
tan distante del que será y no veré?
¿Qué misterios conjugaron los genes
cuando decidieron mi piel , mis formas ,mis
manos, mi ser?
¿Que luces me dieron la bienvenida
aquel mes de diciembre?
¿Cuantos oídos escucharon mi primer llanto?
La vida me lleva
en sus manos seguras
como a un niño
que no sabe a donde irá .
No sé por qué llegue aquí
no se cuándo me iré de aquí.
Inventó mi llegada,
el misterio marcó
una señal para que ocupe un lugar aquí .
Nos aprovisionamos de alfajores y partimos hacia la Reina del Plata. Allí nos esperaba GRACIELA MONGE, nueva pasajera. Reside en BUENOS AIRES. Narradora. Escritora.
Actriz. Asistente de dirección. Ha publicado cuentos en “80 Cuentos en el aire”. Antología auspiciada por Radio Mitre y en
el “Boletín del Círculo de Cuentacuentos” Coordina y dirige la agenda “Más que
Una” que difunde y publica a escritores noveles; reseña semanal de actividades
artísticas en Buenos Aires y el interior. Coordinadora de Talleres y Seminarios
“Taller de escritura Creativa”: intensivo de seis días.- Octubre 2010 La Paz , Bolivia. “Taller de escritura
Creativa”: este taller formó parte de la antología 2009 “El Libro de los
Talleres” publicada por Editorial Dunken. “Taller de introducción a la Narración Oral
Espejos del Alma”. “Entrenamiento en Narración Oral para actores”. “Antahkarana
Espiritualidad Creativa”. Seminario “Imaginando El millonésimo Circulo”
Acompaña dos relatos, plenos de sentimiento y emoción que, imagino,
disfrutarán.
E
Mail:
masqueagenda@gmail.com
Entonces…
el tío Héctor se murió, después de meses de entrar y salir del hospital,
perdido en el limbo en que lo tenía la enfermedad con nombre alemán, entrego su
cuerpo y partió.
Viejas
conocidas somos la muerte y yo. Suelo contar que cuando era chica prácticamente
vivíamos en el cementerio. Un mal chiste, para explicar una serie de muertes
prematuras que marcaron mi infancia y me enemistaron con ella durante mucho
tiempo. Asociada al dolor y la perdida, anduve sin mirarla y sin querer hablar
del tema.
A la dama
le conozco el olor; el de los velorios de la infancia, al que nos llevaban en
un afán pedagógico de explicar eso que no puede ser inventariado. El de los
cementerios, con sus flores agonizando al sol en coronas recordatorias. El de
los panteones con muertos nuevos que llegan a habitarlos. El del que se muere
solo y es descubierto muchos días después; como le pasó a un vecino mío cuando
vivía en San Telmo. El olor de los animales despanzurrados en el campo, que
tanta fascinación despertaban en mí con sus ojos vidriosos, allá por los días
en que todo era nuevo. Cada uno tenía una tonalidad distinta, pero todos
hablaban de ella.
El
cementerio de la Chacarita
abrió sus puertas a un bulevar oscurecido por la mañana gris y lluviosa. (Esta
no es frase hecha, la mañana realmente estaba así). Recuerdo que Castaneda dice
que cada uno camina con su propia muerte, después de cumplir los cincuenta
estoy en dialogo permanente con la mía, aunque por ahora no se dé que color son
sus ojos.
Quien me
lea puede pensar: la muerte es dolor, vacío, ausencia, corazón partido,
tristeza eterna o bien: paz, liberación, camino. El hecho de que no haya
crónicas certeras de lo que pasa del otro lado no facilita las cosas. Pero
quien ama la vida acepta la parte del todo que desconoce. Poder pensar y vivir
así me ha reconciliado con la dama. Me ha religado con la vida, desde un lugar
en el cual la única opción posible es la plenitud.
El tío
Héctor se fue, su aliento ha dejado este mundo. Veo el mío empañando el vidrio
de la ventanilla del colectivo y pienso que es tan inmensa esta humanidad que
me habita, es tan prolífico y variado este planeta que me sostiene, que
considero imposible que tanta belleza y maravilla termine con el rigor mortis.
Escribe
alguien que no sabe, que nunca ha cruzado ese puente. Que ha observado desde el
lado de la vida los estragos que algunas muertes provocan. Sin embargo, esta
finitud me ayuda a ordenarme en el día a día. Sabiendo que no hay otra posesión
que el aire que ahora respiro, trato de construir en la certeza que por ahora
es lo único que tengo.
En los últimos cuatro meses me he mudado dos veces. Toda mi
vida de estos años entró en unas cuantas cajas. Volví a vivir en Buenos Aires,
veintiún años después y cuando ya no lo esperaba. Son días de profunda
transformación.
Para hablar de Buenos Aires apelo a un recuerdo de mis
catorce años. Papá nos trajo a todos a pasar unos días con la familia.
Veníamos de un pueblo que en ese momento no llegaba a los cinco mil habitantes.
De pronto me encontré en Carlos Pellegrini y Lavalle. Dos ojos eran poco para
abarcar lo que veía: Cines, negocios, Pumper Nic y sus hamburguesas gigantes,
un mar de gente en continuo movimiento. Era noche y Lavalle irradiaba en
luces de neón, carteles, gente, música, borracha de Buenos Aires quede esa
noche y todavía me dura.
Se dice que es bella que es puta que es santa que tan
europea que tan cosmopolita. Nos regala el privilegio de pasar desapercibidos.
Para mi fue un paraíso de libertad en los ochenta venia de la realidad
controladora del pueblo, acá mis shorts no eran tan cortos ni mis remeras tan
descaradas. ¡Muerto el perro se acabo la rabia! De pronto ya no hubo más
rebelión, solo adaptación al nuevo entorno.
Por los noventa, casada y con mi primer hijo en brazos nos
fuimos a vivir a Wilde y allí trascurrió la crianza de los hijos, la
vida, todos estos años con domicilio en zona sur. Igual la visite
diariamente: trabajo, trámites, estudios, salidas, siempre me trajeron a la Reina del Plata aunque el
domicilio real fuera otro. El real, porque en mi documento siempre estuvo el
primero, el del departamento que me albergo cuando hace ya casi treinta años,
vine traída por vientos santafesinos.
Ahora, respirando nuevamente como local la miro y la
descubro. Un paisaje diferente en esta ciudad tan entrañablemente conocida. Me
albergó Parque Chacabuco y la calidez del hogar de una amiga que compartió
conmigo su techo, sus hijos y el parque: bello, frondoso. Desde ahí descubro los
atardeceres nacarados de esta amiga reencontrada. La bicicleta se aprende el
camino al Parque Roca bajo los árboles de la avenida. La belleza de esta
ciudad, en recorridos nuevos.
Buenos Aires, siento que Latinoamérica te esta ganando. Me
gusta tu mixtura de colores y sonidos, las ferias en tus plazas. Me gusta
Pompeya llena de peruanos y bolivianos. La feria en el Bajo Flores que me hizo
sentir en El Alto. Entrar al mercado de Carlos Calvo y Bolívar un pedacito de
San Telmo inmutable al paso del tiempo. Parque Patricios y su impronta de
barrio (Está igual que en mis recuerdos de la infancia). Tantos provincianos
como yo cobijándose en tus calles. Entre esta actitud mezcla de superados y
analizados, que tiene la población porteña, tan barrial y cosmopolita al mismo
tiempo.
En este volver después de haberme ido, te voy descubriendo
los pliegues, los rincones. Tus bulevares fastuosos a fuerza del verde de
los paraísos. Bares atemporales, vecinas con changuitos. Avenida Santa Fe
y su toque de chica con clase. Plaza San Martín y su derroche de arquitectura,
una tarde que lloviznaban flores de palo borracho.
Con un pie en la línea de salida al próximo viaje, abierta
mi alma al dibujo del universo, te miro desde un balcón selvático de Palermo.
Espero la campana de largada, pero mientras tanto te disfruto hasta el ultimo
pliegue, se que entre todos los regalos que me diste esto años, hay uno que es
el mas preciado. El inmenso regalo de tener un lugar amado a donde volver.
Siempre.
Dimos la consabida
vuelta por el Obelisco y ya un poquito cansado el trencito decidió regresar. Y
aquí los esperamos para recibir sus cuentos y poemas (más una minibiografía)
en: millaco@ciudad.com.ar
Un abrazo y ¡nos
estaremos reencontrando pronto!!!
CRIS
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