Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 96

BIENVENIDOS AL TREN!!!!!!!!!!!!!

¡¡ESTE MES CUMPLIMOS 10 AÑOS!!
Y debo confesar que me parece ayer nomás cuando emprendí esta fascinante aventura, de llevar a los cuatro vientos las palabras de los poetas y cuentistas. Hartas satisfacciones he tenido y, de corazón, les agradezco a todos el apoyo constante, la participación, las muestras de afecto. Pues la revista no se hace con una sola voluntad sino con la inestimable colaboración de cada uno de los lectores y autores. Y emprendamos ya un nuevo viaje ...

La locomotora se prepara, la campana suena y ¡partimos!. Nuestro periplo comienza hoy en esta provincia pampa, pues nos aguarda un amigo GUILLERMO HERZEL. Ya nos ha acompañado en otros viajes pero les refresco sus datos. Nació en GUATRACHÉ (pcia. de LA PAMPA) y allí reside. En su pueblo ejerció la docencia desde 1965 hasta su jubilación. Es miembro de la APE (Asociación Pampeana de Escritores), de la que fue presidente en los años 1993 y 1994. Fue uno de los fundadores de la Comisión de Cultura del Instituto Juan Bautista Alberdi que, recuperada la democracia, se convirtió en Comisión Municipal de Cultura de Guatraché. Escribe desde “el secundario”. Es autor de guiones de varios trabajos audiovisuales. El video “Sueño de un pelo”, con textos de los que es autor, ganó un primer premio en el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) Es autor de los textos de “Canto a la Tierra que Habito”, espectáculo musical que fuera presentado en diversas ciudades del país. En 1988, fue presentado “Homenaje a un pueblo que habitó la pampa” musicalizado por el grupo Amarcanto, sobre su poesía. Este trabajo que se sumó al contra festejo de los “500 años”, fue presentado en diversos lugares de La Pampa y la provincia de Buenos Aires, en Neuquén y en “Liberarte”, en el corazón de la calle Corrientes de la Capital Federal. En 1989, la Subsecretaría de Cultura de la provincia de La Pampa, le encargó el proyecto de un espectáculo que representara a la provincia, en el Festival Nacional de Cosquín, concretado junto a los grupos “Confluencia” y “Cultrúm”, al solista Pedro Cabal, al poeta Julio Domínguez y al Ballet del profesor Margallo. En el año 2002 se estrenó en el Aula Magna de la Universidad de La Pampa la cantata “Trigo y Discordia”, cuyos textos le pertenecen, musicalizados por el compositor pampeano Mario Figueroa. Este trabajo, que relata la rebelión de un grupo de estibadores en la localidad de Jacinto Arauz, en el año 1921, fue luego presentado en el lugar de los hechos y en el Teatro Español de la ciudad de Santa Rosa. Su poesía ha sido publicada en diversos medios de distintos puntos del país y ha obtenido premios provinciales y nacionales. Su poesía “Maestros” fue contratapa de la revista de Amnistía Internacional. El Fondo Editorial Pampeano (FEP) ha editado sus libros “Nosotros” (Poesía - 1994) y “En el nombre de los padres” (Poesía - 1999). Tiene además, inéditos, varios libros de cuentos “Historias en Bicicleta”, “La increíble Historia del Flaco Chávez”, “Maestros”. Otros poemarios: "Por el Camino de los Cóndores", “Cantares de la tribu” (presentado en agosto 2009) “Crónica de un viaje largo”, “Pasajeros del Silencio”, “Verano con Voces” y dos nuevas cantatas, un homenaje a los “Maestros” (presentada en octubre 2009) del primer cuarto de siglo en La Pampa y otra “Coral de la Memoria (presentada en abril 2008) para los primeros 100 años de la fundación de su pueblo, Guatraché. Uno de sus últimas obras es “Historias Personales (2.006-2.011)” (relatos). Sus textos integran, junto a otros escritores pampeanos, la obra sinfónico coral “200 años: Una mirada pampeana al Bicentenario” que fue estrenada el 24 de mayo 2010 Santa Rosa. Aquí les traigo dos hermosos cuentos. Que los disfruten ...


LOS HOMBRES DEL TRIGO

Se quedó sola. Sola como nunca antes. Sumergida en la soledad de un paisaje nuevo, de una lengua desconocida, de los afectos diluidos, borrosos por ausencias y distancia. Ni siquiera de sonidos tuvo compañía esa mañana. Sólo un gorrión. Un gorrión pequeño y frágil que,  paradito sobre la reja de la pequeña ventana de la cocina, le hizo compañía con su canto gris y monótono, humilde pero entusiasmado y generoso. La acompañó sin entender ni un poquito siquiera de su tristeza. Sin embargo, para ella, era mucho más probable el lenguaje de aquel pajarito en la ventana que ese idioma extraño que andaba en boca de la gente.

Corría el año 1914. La guerra cambiaba rápidamente el ánimo del mundo, pero aquí, en este lejano Sur de la América del Sur, los corridos del hambre y el espanto, los abandonados de tanta madre-patria, habían encontrado refugio y comida.

Toda la anchura de la pampa, arrebatada al indio, se había convertido en un brillante negocio para un minúsculo grupo de especuladores y en prenda de ensueño para los que, recién llegados desde la otra orilla de los mapas, soñaban con un mar de cereales, con la derrota de tanto hambre, con un mundo de alimentos, creciendo desde un horizonte al otro, desde donde salía el sol por las mañanas hasta donde guardaba sus últimas luces y sombras.

Por eso, justamente, su hombre había tenido que viajar. Temprano había atado el fuerte trotador al sulky, para comenzar a descontar distancias antes que el sol. Volvió por la noche con la semilla que reclamaba la tierra nueva, traía el trigo que sería pan en el próximo verano.

Ella le contó de su soledad. Del desamparo que crece sobre la inmensidad del tiempo y el espacio, sobre esa forma nueva e involuntaria de la nostalgia. Trató de compartir con él la sensación de sentirse a oscuras en medio de un país sin sombras. Tradujo la dolorosa solidaridad del pajarito en la ventana.

A la otra mañana, muy temprano, volvió a experimentar el mismo escalofrío, al momento de la despedida. Se sintió acariciada por algunas pocas palabras que se regalaron y que, sobre la oscuridad de la pampa se adivinaron tan diferentes al sonido tierno con que las escuchaban antes de sentir la inmensidad de tanta distancia. Él se perdió otra vez en la noche, detrás del rítmico tambor de los cuatro cascos de su fuerte caballito.

Fue exactamente a partir de ese momento que inició un diálogo con aquella inmensidad que abría sus entrañas a la aventura de la siembra.

Fue una larga cuenta de oscuridades. Había que ganarle al día con los 8 caballos atados al arado de 3 rejas. Había que encender el fuego para ablandarse las manos convertidas en hielo, inmunes a la presencia de las riendas. Después, clavar la reja y comenzar a girar para dibujar la melga. Ella, a quedarse sola cuando la noche no había recogido todavía toda su negrura. Él a disimular el frío en el fuego de los cardos, en el jadeo de los caballos del arado, en cada vuelta a la cintura de la tierra, que se descubría fértil, para inaugurar el sueño del cereal y esos mínimos, tan mínimos encantos de la vida. 


Abuela Elisa fue la madre de papá. El que viajaba en sulky a Coronel Suárez (175 Km.)
su esposo, el abuelo Guillermo, fallecido a los 38 años de neumonía.

 
                                   EL MAR

.”.. gigante azul abierto democrático: En fin, el mar”
fragmento del poema “Tengo” de Nicolás Guillén

 

Fue una mañana de mayo, fría, nublada. Nuestros pies se hundieron, remontando el médano. Su elocuente sonido era prueba contundente: Había llegado el momento esperado de encontrarnos con el mar.

Y allí estaba. Lo vimos desde la cresta de arena. Largo rato nos miramos. Después comenzó el descenso hacia la humedad de su playa.

En un ausente horizonte, se mezclaba con el cielo, en idéntico tono, mientras sus espumas blancas iban y venían hacia nosotros, sólo por mostrarse vivo, aún tan lejos del verano.

Su voz potente, traía mensajes de distancias y profundidades, que las gaviotas, amables, intentaban traducirnos desde el aire.  

Era vida el agua que, en permanente marea, avanzaba, en ese momento, trasladando hacia nosotros el límite de su orilla. Era vida la oculta ciudad marina y las aves que festejaban nuestra decisión de visitarlas.

Nos rodeaba la inmensidad. Caminábamos por la línea que sugerían sus aguas, que se retiraban y volvían a acariciarnos los pies, como si también ellas celebraran el encuentro.

Éramos apenas un puñado de ajenos hombres y mujeres, glorificando el momento, acompañando tanta vida. Vida, finalmente, el mar, rugiendo y enrollándose para extender sus caricias hacia arenas más lejanas

Juntábamos pequeños caparazones multicolores, posibles mágicas aventuras  para los más pequeños. Era, a esa hora, la tarea de las gaviotas, buscando entre las rocas, el alimento de sus crías.

Como cuando se encuentran los amigos, el mar, en cada ola, nos traía el nácar de sus caracoles y lo extendía, para que no dejáramos de ver el más fino detalle de sus misterios. De regreso, lo guardaba para sorprendernos con nuevas confidencias que atesora en su lejana intimidad.

El día fue quedándose sin luz y nosotros partimos al encuentro de una mesa con aromas de caracol y pequeños caparazones multicolores. Nos ofrecían todo el sabor del mar.

Cuando volvimos a escucharlo, seguía trabajando.


Luego de matear un rato nos despedimos pues el trencito debía continuar su viaje. Y puso rumbo a SAN LUIS para recibir allí a otra amiga: AMELIA ARELLANO. Ya viajó con nosotros pero les recuerdo algunos datos de su vida: nació y vive en la ciudad de SAN LUIS. Es Psicóloga clínica y Psicóloga Social. Colabora con artículos de crítica social y cultural en periódicos locales y nacionales. Ha publicado cuentos, ensayo y poesía. Ha ganado premios y distinciones nacionales y provinciales, con jurados tales como Osvaldo Bayer, Horacio Salas, Tununa Mercado, Jorge Brega. Se identifica con los movimientos de reivindicación de las culturas populares y cree que el rol del escritor debe ser dinámico y comprometido. Aquí les dejo tres poemas que reflejan en plenitud su filosofía de la vida y del arte.


 
VERDADES REVELADAS

“Cuando se miran de frente, los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades, las bárbaras, terribles , amorosas crueldades...”
GABRIEL CELAYA

En la Escuela de mi pueblo me enseñaron muchas cosas.
Los 10 mandamientos por ejemplo.
El 5º, el 2º y el 4º no se hacen.
El 3º ni el 7º, no se dicen.
El 1º, el 2º, el 6º, ni el 8º, no se no se preguntan.
No se hace, no se dice, no se pregunta, no, no.
Dogmas de la fe, decían.
Aprendí que la gente cuando se muere se la entierra.
Se coloca en su tumba su nombre y apellido.
Se la invoca, se le reza.
Me enseñaron que había una vez.
Que América era un crisol de razas.
Que había un país de plata, plata robada, argenta.
Que Haití es un paraíso Terrenal.
Que hay guayabas, frutos del pan, mangos, muchos mangos.
(El mango es una fruta, aclaro)
Que hay flamencos, pelícanos y garcetas.
(Que los flamencos tienen las patas rojas, por mentir)
Con la adultez a cuestas, aprendí.
Que hay blancos que son negros y negros que son blancos.
Que en Haití una lengua oficial es la castilla.
Que en criollo se le llama Repiblik Dayti.
Que el patrón vive en el norte del Norte.
Que hay más negros que blancos.
Que la esperanza de vida es de 40 años.
Que hay más pobres que ricos.
Que de mil niños mueren 80.
Aprendí de las guerras.
Aprendí, que algunas, figuran en los anales de la Historia.
Otras, las mas pequeñas, no registran nombre, ni apellido.
Que hay hombres que sólo son un número.
Un número más, un número menos.
Mas por menos, siempre da mas.
Aprendí “que hoy he mirado los ojos claros de la muerte”
Y he repetido, sollozante, la verdad revelada por un cholo peruano.
“¿Con que valor voy a hablar de psicoanálisis?”


TU, CONMIGO AMIG@

Tu, conmigo, amig@.
Al alcance de mi mano te he sentido.
Porque he sido, otra vez yo, por vos.
Porque los maizales maduros, se alargan en tu sombra.
Y me albergan.
Porque esto, que pretende ser un poema.
Está escrito como yo, alocadamente.
Y me enuncia, me llama, me bautiza.
Y me dice, tu nombre, que es el mío.
Y me encuentro, me nace y me dice buen día.
Refunda mis médanos y me llama Lázaro.
Y canta y baila. Y soy bolero, zamba, castañuela.
Resurrección de pajonales agobiados.
Santa. Prostituta. Bruja. Madre. Hermana.
Mira, sé que hay laureles en flor y designios.
Y perros flacos y niños con ojos huecos.
También se, que en este, desamparado mundo.
Hay vendimias y cosechas caseras.
Y panes y palomas y flores de cuarzo rosa.
Por todo eso, por muchos ríos más.
Yo te bendigo, herman@.
Y siento que me llegas, aunque no se de donde.
Como la lluvia, como el amor.
Con una grafía de mares y de soles.
Que me besa las manos y las sierpes.
Y reinscribe mi nombre...y reinscribe mi nombre.

 
CHILE LLORA (27 de febrero de 2010)

Una columna ciega de ceniza se tambaleaba en medio de la noche. Yo te pregunto: he muerto? Dame la mano en esta ruptura del planeta mientras la cicatriz del cielo morado, se hace estrella”

PABLO NERUDA

Chile me mira con sus ojos profundos y llora.
Con su mirada tierna de araucaria, de cactus, de gaviota.
Y llora, otra vez, llora.
No te vaya tan lejos, poeta a buscar el llanto.
Está aquí. Rojo llanto de ceniza y lodo.
Llora Santiago a los pies del Huelén.
Llora Michimalonco, Lautaro, Caupolicán.
Gabriela, Allende, Neftalí.
Valdivia se revuelca en su propio espanto
La tierra clama y estalla y detona su furia.
Huyen los obreros, los mineros, los niños.
Pálidas mujeres de rostros macilentos.
El guanaco y el puma. La alpaca y la vicuña.
Huye el verano y su violento olor a primavera.
Es reemplazado por el olor de muerte.
Las voces del Arauco son un grito de piedra.
Los Andes. Magníficos. Soberbios. Se desgajan.
El cobre es una antorcha ciega.
La luna un temporal de sangre.
Vuelve el caballo desbocado del miedo.
Desafila la espada del relincho.
Corta las riendas, abre catacumbas.
Se levantan y caen, mapuches y pehuenches.
Hay una congoja de adobe que estremece
En medio del Desierto, María Elena, cubre sus llagas con salitre.
Chile me mira. Y me nombra y te nombra...y espera.
Amor, hermano, polen americano. Ave Fénix.
Sube tu sol por mi garganta, rasgúñame en el pecho...
Y lloremos hermano. No ha de ser el primero.
Tampoco él último lloro... ni el último, apasionado, canto.


La maquinista se tomó un ratito para deleitarse con el paisaje, pero ya la locomotora humeaba pidiendo pista. Entonces proseguimos camino rumbo a la vecina provincia de Córdoba. Ya nos aguardaba en el andén de Villa Dolores, la Capital de la Poesía, el entrañable amigo FELIPE ANGELOTTI, también viajero frecuente. Nació y reside en VILLA DOLORES (prov. de CÓRDOBA). Es Maestro y Profesor de enseñanza media. Libros publicados de poesía y cuento: “Poemata de un Grillo” 1986 - “Arpegios de rocío” 1994 - “La dulce Goya” 2005 (Novela) - “Cuentos de Miel, Sal y Pimienta” 2009. En el año 1992 recibió una mención especial en el concurso “Gente de Paz“ Barcelona España. Ha participado en numerosos Encuentros de Poesía en Argentina, Chile Paraguay, Cuba, Brasil, Uruguay, Ecuador y Perú. Integra Antologías latinoamericanas de poesía y cuentos cortos. Entre otras “Voces en Plenilunio” (Loja 2009) y “Arquitectos del Alba” (Casa del Poeta Peruano 2009). Sus poemas infantiles han sido recomendados como material didáctico en las escuelas primarias. Asimismo ha incursionado en el Teatro como Dramaturgo y realizado obras de teatro, videos y radioteatro. En el año 2006 su obra de radioteatro “Estos Tiempos” fue seleccionada por Argentores y representada en la Sala Gregorio de Laferrere de la Institución. En su actividad de Gestor Cultural ha sido miembro activo de Tardes de Biblioteca Sarmiento de Villa Dolores y es Creador del Círculo de Narradores de Traslasierra “Paso del León”. Actualmente Coordinador general, y desde el año 2007 organizador de los encuentros internacionales, con asistencia de narradores nacionales y extranjeros. De su autoría hoy les dejo unos hermosos poemas para que los disfruten.
E Mail: pasodelleon@hotmail.com


GESTANDO

Mujer de los cabellos de esponja
y los pechos como lunas
Abre las rodillas
para que fluya la vida.
y tu gestar de palomas
sea un gemir
en las bocas de la tarde
Yo pedí tu olimpo
y los dioses me lo dieron
Yo pedí tu paz
y el mar me prestó una playa
Yo pedí tu amor
y los ríos me dieron cantos
Yo pedí tus sueños
y el pájaro me prestó sus alas
Tu continente blanco
lo recorrí admirado
y caí en tu pecho
para llorar ternuras.
 
 
LA LUZ DE LA NOCHE
 
La luz de la noche
anda jugando con tus cabellos
y mis besos se duermen
en tu mano de seda.
Sobre tu piel húmeda
que no olvida mis secretos
se extienden mis aromas
perfumando senderos.
Camino tus campos
para sentir fragancias
con olor a frambuesas
y siento tu risa
penetrando mis desiertos.
Trepo laderas
para llegar a la cima
vistiendo de laguna
el agua de tus ríos.
La luz de la noche
anda jugando con tus cabellos
y el pájaro prisionero de una lágrima
canta su melancolía
en horas en que la tarde
se encierra en tus ojos.
La luz de la noche
anda jugando con tus cabellos
y me entrego
a tus luces
a tus sueños
a tu paz
para beber de tu boca
las brisas perdidas
 
QUE ANDARES TIENE LA NOCHE

 
Que andares tiene la noche
de misterios e ilusiones
una niña quinceañera
festejando primaveras
y en las calles prostitutas
se disputan las monedas.
Bocinas arroz y gritos
celebrando alguna boda
y la envidia y la congoja
de una tía solterona,
Andares tiene la noche
de perversión y manías
mujeres y hombres que buscan
celebrar una aventura
y otros que se alucinan
con “yerbas” entre las brumas.
La noche tiene una voz
que se cuela en las veredas
en los balcones y techos
de oscuras casas y cercas.
Tiene arterias tiene venas
luces motores y piernas
y agresiva en los boliches
la música se desenfrena
Que andares tiene la noche
andares de perros flacos
de niños con pies descalzos
de viejos en yertos bancos
y en un cansado hospital
espera la muerte en blanco.
La noche palpita en celo
grave en estrellas se prende
y en la cama se desnuda
el amor cuando se enciende.
La noche tiene un rumor
que vibra en las antenas
en el zumbar de motores
y en estridentes sirenas.
Tiene olor a aceite rancio
de comedor orillero
a vino tinto en los bares
café caliente y cigarros
También tiene arrullos
de niños tiernos que sueñan
de mansos hombres dormidos
y de tibieza hogareña.
La noche tiene perfumes
de jardines y de flores
de árboles florecidos
y hasta olores de la gente.
La noche tiene un encanto
una magia y un dilema
............................................
a mi alma también la noche
la aprisionan sus cadenas

Como no podía ser menos degustamos unos ricos alfajores y, por si nos daba hambre, nos llevamos unos cuantos criollitos de hojaldre para acompañar los mates. Y el trencito puso rumbo a la Madre de Ciudades: Santiago del Estero, para recibir a nuestro último pasajero, viajero frecuente y viejo amigo (¡no por edad! ... claro...) CARLOS FIGUEROA.
Vive en la ciudad de SANTIAGO DEL ESTERO, donde reside luego de regresar de un largo viaje por Europa en 1968. Es Contador Público Nacional. Desde el 68' se incorpora a un movimiento de escritores jóvenes reunidos alrededor de la Sociedad Argentina de Escritores, Filial Santiago del Estero, de la cual es miembro desde hace mas de 36 años. Ha recibido numerosos reconocimientos de distintas entidades públicas y privadas de su provincia y de provincias vecinas. Publica en diarios y revistas locales y nacionales, y participa de numerosos encuentros de poetas. Algunos de sus libros publicados: "Los juguetes del sueño", "Diálogo secreto", "Señales de dos mundos", "Soles de la memoria", "Días sin regreso", "La palabra encendida" y "Los rostros del tiempo". Integra la Antología “ Poesía Argentina Contemporánea”, Tomo I, Sección XVII. Les dejo sus poemas, reflexiones por momentos nostálgicas y plenas siempre de emoción.
E Mail: cfigueroa75@hotmail.com

 
CARLOS FIGUEROA

  TU ROSTRO COMO PAISAJE

Hoy te miré  como se mira  un paisaje
después de larga  ausencia,
y veo  que la misma  dejó sus  huellas
en  tu perfil de ayer lejano.
Suaves surcos  como  lentos ríos
marcaron  sobre tu  costa  la caída de los años
y  en la parte más alta de tu figura
 también  cayó la nieve.
¡Todo por culpa del tiempo inexorable!
Lamento  no saber,  quién podrá  derrotarlo.

              
TARDE  FUGAZ 

Siempre  vuelve a mí  con su lengua amiga
como un   perro fiel  a  la orilla,                    
aquella ola  de  la  tarde  feliz de otrora,
pero ya  nunca será la misma.

¿ Qué  nos dejó  su  fugacidad  esquiva?¿
 sólo  la  memoria  de las horas
 que se fueron   por el horizonte del  día,
 cual  mendigo  cargado de tristezas.
 
La tarde   que  se fue,  no  regresará
a nuestras vidas, pero  quedó  su niebla
merodeando la playa  de la  felicidad perdida.

 
CARTA POEMA DE UN INMIGRANTE

Padre: la ausencia es este dolor
que se levanta como el mar
entre tu costa y la mía..
Qué lejos quedó la casa de la infancia
y el perfume de mi madre en la cocina.
 
Yo anhelaba volver a rescatar lo perdido
pero me ató la distancia:
esa herida azul de los caminos.
 
Sabes, fue duro para mí dejar los amores primeros:
perfiles de piedra que el viento de los días
vuelve arena, olvido.
 
Mas, hoy en el ocaso he comprendido
que la casa y los jardines de otrora
son refugios de luz en mi memoria,
donde veo una sombra que se aleja
juntando un largo adiós de jazmines.
        

D E S T I N O

Al final …..
Te conformas con  las simples cosas:
Una taza de café, los diarios,
Un rincón amable donde mitigar las penas
Y recibir noticias de alguien lejano
Que llega  a tus orillas, como una mansa ola de lago.
A tan poco se reduce la felicidad,
Y tú  que la habías esperado tanto.
Nada pudo vencer al tiempo inexorable
Que vino y se llevó tus sueños
Aquellos de la edad feliz
Cuando el horizonte era claro
Y el futuro tan  cierto
Como una moneda en la mano.
Ya  sé,  dirás, es el destino
Pero quien nos salva mañana
Del horror de no ser nadie.

 
A M A N E C E R

Amanece en Oriente.
La brillante esfera  se repite
en el escenario de la vida.
Un  día ya no habrá quien  cuente
ni recuerde la trama del suceso.
Sin embargo, la tierra fiel a su grandeza
seguirá girando en  soledad  de piedra
para no romper el equilibrio de los astros.


Nos fuimos de Santiago tarareando una chacarera. La locomotora apuró el tranco pues deseaba llegar a casa. Pero como estamos de cumple esta maquinista editora quiere cerrar el viaje con tres poemas que, de alguna manera, pintan un poquito de lo vivido en su viaje a México el año pasado. Ojalá les gusten.

 
POEMAS MEXICANOS

SIERRA MADRE – MÉXICO

                                                      Camino a Tehuantepec

En la luz desmayada
de la tarde
              mientras el sol avanza hacia el ocaso
se delinean las sierras gris plomizo
en niveles de luz que,
superpuestos,
ascienden de la tierra
hasta el cielo.

Los nopales y agaves
que se aquietan
              restallando en un verde ya postrero
tapizan por entero
las laderas
aferrando sus dedos
en el suelo.

Mi corazón descansa entre las sierras
acunado entre estrellas y silencio
 

MUCHACHAS DE OAXACA

Apenas niñas …
              ya madres …
con su guaga colgando del rebozo
sin descanso deambulan
por la plaza.
Sus negras trenzas
enmarcan la carita sonriente
que ayer, apenas, jugaba con muñecas.
Sin embargo sus ojos
son dos lagos profundos
de antigua madurez …
espejos de niñez que se ha perdido …
Nos ofrecen la obra de sus manos
que muchos días, pacientes, fabricaron …
Largos días … sin sueños …
 
Apenas niñas …
              Ya madres …
Su imagen me acompaña …
mi corazón
las guarda en el recuerdo …
 

CAÑÓN DEL SUMIDERO (Chiapas)

El río fluye calmo
verdeoscuro
entre antiguos y altos
farallones.
Su cauce es una flecha
entre la piedra,
una acuosa serpiente
silenciosa.
Las paredes de roca
tapizadas en selva
desmadrada.
… Quien sabe que secretos
milenarios
esconden en su umbría
desmesura …
Sobre el filo, en lo alto,
el sol pone sus dedos
luminosos
y es un fulgor el cañón …
         y es magia …
              y canto …

Y con eso nos despedimos!!!!!!!!!! Recuerden que los espero con poemas, cuentos y una minibiografía en millaco@ciudad.com.ar. Para revistas anteriores ver la página web.
Un abrazo largo
                           CRIS FERNÁNDEZ

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